Mujeres Jovenes

Este sitio fue creado para informar a las Mujeres Jovenes, sus Padres y Lideres de los eventos especiales de la organizacion de las Mujeres Jovenes del Barrio Tapatio.

miércoles, 4 de agosto de 2010

¿Cuando debo recibir mi bendicion Patrialcal?

La Bendición Patrialcal
Una Liahona en nuestra Vida.
Respecto a nuestra platica de hace 2 domingos aprox. me puse a investigar a cerca de la pregunta que me hicieron, algunas de ustedes tenian temor de no sentirse preparadas para recibirla...encontre este articulo y lo comparto con el fin de que pueda discipar sus dudas respecto a este tema.. no dejen pasar la oportunidad de desear recibir su bendicion patriacal. Con mucho cariño Bere...
Janet tenía diecisiete años cuando vino a mi casa para recibir su bendición patriarcal. Mientras charlábamos antes de la bendición, me enteré de que había tenido la recomendación de su obispo desde hacía algunos meses antes de que me llamar para concertar una cita. Había esperado porque temía que en la bendición se le pidiese hacer cosas que le resultaría muy difícil lograr. Además, le preocupaba que tal vez no estuviera lista. “Una promesa de nuestro Padre Celestial no es un mandamiento”, le dije. “Las promesas de tu bendición se cumplirán solamente si tú lo deseas y si te esfuerzas para que se realicen”. También le aseguré que, como patriarca, yo no la juzgaría ni la reprendería; le daría una bendición.Una bendición y un testimonio “La bendición patriarcal es un privilegio único y extraordinario que pueden recibir aquellos miembros fieles de la Iglesia que tienen la madurez suficiente para comprender la naturaleza y la importancia de dichas bendiciones. Estas bendiciones privilegiadas constituyen un testimonio poderoso de la misión del Señor Jesucristo de brindarnos la exaltación a cada uno de nosotros…Cada vez que leemos nuestra bendición patriarcal, nuestro testimonio puede fortalecerse aún más y nuestra vida puede adquirir un mayor propósito”. Presidente James E. Faust (1920–2007), Segundo Consejero de la Primera Presidencia, “Bendiciones patriarcales”, Liahona, junio de 1983, pág. 30 La liga anexa es la experiencia del Profeta Gordon B Hinkley...acerca de su bendicion patrialcal.

lunes, 21 de junio de 2010

Papá es un Heroe

Cuando pensamos en padres heroicos, creemos que un solo hecho de valor o un abnegado trabajo de superación son los necesarios para convertir a un hombre común en un gran padre. Pero la realidad es que cualquier hombre común puede convertirse en un gran padre sin tener que realizar ningún hecho heroico, como escalar el Aconcagua, ni realizar una casa en el árbol que resista los más temibles vientos de la llanura. “Todo lo que el Padre hace, esto también lo hace el Hijo de igual manera” (Juan 5:19) Jesucristo siempre sostuvo que las cosas que El aprendió y las que hacía las había visto de su Padre. El buen ejemplo sería entonces un acto heroico, teniendo en cuenta las cosas que pasan en la actualidad. Ser un ejemplo en palabras, sabiendo utilizar aquellas que edifican y promueven el desarrollo de virtudes y la superación de defectos o debilidades. Ser en ejemplo en hechos que demuestren la honestidad, la bondad o la humildad. Ser ejemplo en obras que ayuden a comprender la alegría que trae el servicio a los demás. “Porque el Padre ama al Hijo y le muestra todas las cosas que él hace” (Juan 5:10) La expresión escuchada al comienzo de la vida del amor que siente un padre al ver a su bebé tan hermoso, puede desvanecerse con la rutina cotidiana, o con los dolores de cabeza que llegan en diferentes dosis a lo largo de la vida de un niño convirtiéndose en adolescente que quiere ser adulto. Demostrar amor es decirlo y representarlo con (otra vez) el buen ejemplo. Un ejemplo que no sólo damos en las ocasiones en que estamos de buen humor. Es hacer la Noche de Hogar, aún cuando estemos muertos de cansancio o preocupados por el presupuesto que no alcanza. Es ir a las actividades de los hijos en la capilla a pesar de tener que preparar un discurso para el día siguiente. Es acompañar el estudio de las escrituras de Seminario, aunque más no sea repasando lo aprendido ese día a la hora de la cena. Es lavar los platos con mamá mientras hablan de las cosas del día. Es besar a los hijos cada noche, aunque sean grandes y le digan “dale pa’ ya estamos dormidos”. Es tratar a todos con amor, sin importar que el día de trabajo haya sido agobiante. Es seguir cumpliendo con las responsabilidades de padre aunque papá viva en otra casa o haya formado otra familia. “Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.” (Juan 5:17) ¡Esa sería la mejor frase que puede escuchar un padre de sus hijos! Cuántas veces pensamos que deberíamos hacer más por nuestros hijos al respecto. Planeamos durante las vacaciones trabajos que ellos puedan realizar a cambio de una remuneración y hasta somos capaces de darle plata al vecino para que contrate a nuestro hijo y este pinte las rejas de su casa (claro que ya practicó con las rejas de nuestra propia casa y las de los abuelos). Así, un día vemos a nuestros hijos, que en momento de necesidad, trabajan de igual manera que su padre. Tal vez nunca practicaron, pero el ejemplo fue lo suficientemente fuerte para entender sobre la responsabilidad de ser buenos trabajadores, de atender siempre las necesidades de su familia, de colaborar en cada asignación o llamamiento con el mismo entusiasmo del comienzo. Muchas de mis ‘obsesiones’ en mi trabajo realmente vienen de ver a mi padre realizar su trabajo profesional con cuidado y respeto. Mi manía de ser puntual es el resultado de escuchar sus palabras y verlo. Nunca llegábamos tarde con él. Aunque debo confesar que la mitad de mis útiles escolares quedaba en casa. “Si me conocierais, también a mi Padre conoceríais;” (Juan 14:7) Una vecina se quedó sorprendida al ver a mi hijo de 6 años, en ese entonces, abrir la puerta del edificio y hacerla pasar primero. Cuando ésta le preguntó quién se lo había enseñado él contestó: “Nadie. Mi papá lo hace siempre.” Hay una frase en particular que es especial para los padres: ‘Tu hijo se parece cada día más a vos’.Así los descubrimos dando un discurso y viendo cómo tienen los mismos gestos que su papá. Tratando a las personas de la misma manera que su padre lo hace en casa. Se paran o caminan igual que ellos, y sus opiniones son bastante parecidas (aunque renieguen de sus conceptos antiguos o pasados de moda). “Así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre” (Juan 10:15) Un buen padre conoce a sus hijos de tal manera, que no necesita preguntar para saber cómo están. Disimula preguntándoselo a su esposa. Al verlos mal sabrá de sus miedos y sus alegrías. Aprenderá a conversar con cada hijo, teniendo en cuenta sus particularidades. Un padre que está atento a los problemas que vienen con las diferentes edades, puede ayudar mejor aunque más no sea contando las propias vivencias de la infancia, o elaborando juntos soluciones y una nueva perspectiva. ¡Así habrá hijos que sabrán cuándo es oportuno pedir algo para el cumpleaños! Y seguro serán hijos atentos a las necesidades de su padre en el futuro. “Yo y el Padre uno somos.” (Juan 10:30) La historia familiar se convierte entonces en un acontecimiento vivo al entender que en el corazón de un padre permanecen los hijos para siempre. Las promesas hechas en los templos, el amor que dura por toda la eternidad no se pierden en medio de los golpes de la vida, ni con los problemas de trabajo o las distancias cuando los hijos forman sus propias familias. Tener las mismas metas de felicidad no será entonces algo tan lejano. Aunque la condición de padre nunca se pierde, sí se puede romper la unidad cuando el egoísmo aleja a las personas de sus compromisos con Dios, o cuando el mal trato lastima el corazón. Sin embargo muchos hombres adoptan la posibilidad de convertirse en padres ejemplares, cuando con amor y valentía deciden afrontar la aventura más gratificante de la vida. El desafío de amar a otro como a uno mismo transformará a un hombre común en el mejor papá del mundo. Y quien sabe, tal vez las palabras del Salvador bien podrían ser las de un hijo cualquiera hablando con sus propios hijos: “Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.” (Juan 15:9-10) Lo cual colocaría a cualquier padre en el lugar de héroe.

jueves, 3 de junio de 2010

Recuerden Quienes Son

No hay nada más bello que una mujer joven que, como resultado de ser virtuosa, resplandece con la luz del Espíritu, se siente segura de sí misma y es valiente. Somos hijas de nuestro Padre Celestial; Él nos ama y nosotras lo amamos a Él1. Me siento humilde y agradecida de estar en la presencia de ustedes. El Señor me ha bendecido con un claro entendimiento de quiénes son y la razón por la que están en la tierra en esta época. El Señor las ama y sé que ustedes lo aman a Él; lo veo en su rostro, en su modestia, en su deseo de escoger lo correcto y en su cometido de permanecer virtuosas y puras. Juntas hemos compartido muchos momentos especiales y espirituales. Hemos expresado nuestro testimonio alrededor de hogueras de campamento, en capillas y en charlas fogoneras. Hemos sido reconfortadas por el fuego de nuestra fe. Hemos escalado montañas y desplegado estandartes dorados —desde Brasil hasta Bountiful— expresando el cometido en lo profundo de nuestro corazón de permanecer virtuosas y de ser siempre dignas de entrar en el templo. Hemos orado, leído el Libro de Mormón y sonreído cada día y, junto con nuestras madres, abuelas y líderes, estamos trabajando en nuestro Progreso Personal. ¡Y apenas comenzamos! Ésta es una época maravillosa para estar en la tierra y ser una mujer joven. Nuestra visión sigue siendo la misma; es la de ser dignas de hacer y cumplir convenios sagrados y recibir las ordenanzas del templo. ¡Ésa es nuestra meta excepcional! Por lo tanto, seguiremos guiando al mundo en el regreso a la virtud: el regreso a la castidad y a la pureza moral. Seguiremos haciendo todo lo que esté a nuestro alcance por ayudarnos unas a otras a “[permanecer] en lugares santos”2 y a recibir el Espíritu Santo, reconocerlo y confiar en él. Seguiremos hablando de Cristo y regocijándonos en Cristo, para que cada una de nosotras sepa a qué fuente hemos de acudir para la remisión de nuestros pecados3. Y sí, seguiremos firmes a pesar de las tormentas que rugirán a nuestro alrededor, porque sabemos y testificamos que “…es sobre la roca de nuestro Redentor, el cual es Cristo, el Hijo de Dios, que [debemos] establecer [nuestro] fundamento… un fundamento sobre el cual, si [edificamos], no [caeremos]”4. El consejo que el Señor le dio a Josué es el que hoy les da a ustedes, la “juventud bendita”5. “…te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo dondequiera que vayas”6. ¡No están solas! Aunque sean las únicas personas miembros de la Iglesia en su escuela o en su grupo de amistades, o incluso en su familia, no están solas. Pueden confiar en la fortaleza del Señor. Como Josué les dijo a los israelitas: “Santificaos, porque Jehová hará mañana maravillas entre vosotros”7. Ése fue el llamado de Josué de regresar a la virtud, y es el mismo que se nos hace hoy. Simplemente no podemos hacer la obra para la que se nos ha reservado y preparado, a menos que tengamos acceso a la fortaleza y la seguridad en nosotras mismas que provienen del vivir una vida virtuosa. Ustedes son jovencitas de gran fe; trajeron esa fe consigo al venir a la tierra. Alma nos enseña que en los reinos preterrenales ustedes demostraron “fe excepcional y buenas obras”8, y lucharon con fe y testimonio para defender el plan que Dios presentó. Sabían que el plan era bueno y sabían que el Salvador haría lo que dijo que haría, ¡porque lo conocían! Ustedes se pusieron del lado de Él y esperaron ansiosas la oportunidad de venir a la tierra. Sabían lo que se esperaría de ustedes; sabían que sería difícil y, sin embargo, confiaban no sólo en que podrían lograr su misión divina, sino que podrían tener un impacto. Ustedes son “espíritus selectos que fueron reservados para nacer en el cumplimiento de los tiempos, a fin de participar en la colocación de los cimientos de la gran obra de los últimos días, incluso la construcción de templos y la efectuación en ellos de las ordenanzas”9. Y ahora están aquí para hacer lo que han sido reservadas y preparadas para hacer. Al mirarlas esta noche, ¡me pregunto si así se habrían visto las novias de los jóvenes guerreros de Helamán! Con razón Satanás ha intensificado sus ataques contra la identidad y la virtud de ustedes. Si logra abatirlas, desanimarlas, distraerlas, retrasarlas o incapacitarlas para que no sean dignas de recibir la guía del Espíritu Santo o de entrar en el santo templo del Señor, él gana. Mujeres jóvenes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, ¡recuerden quiénes son! Son elegidas; son hijas de Dios. No pueden ser una generación de mujeres jóvenes que sólo se contenten con “ser parte del grupo”; deben tener el valor de destacar, de levantarse y brillar, para que su luz sea un estandarte a las naciones10. El mundo quiere que ustedes crean que no tienen importancia, que están pasadas de moda y que no están al tanto de lo que ocurre a su alrededor. El mundo las llama con voces incesantes y estridentes a que “vivan la vida”, “prueben todo”, “experimenten y sean felices”. Por el contrario, el Espíritu Santo susurra y el Señor las invita a “andar por las sendas de la virtud”, [desechar] las cosas de este mundo” y “[adherirse] a [sus] convenios”11. Siempre me ha gustado la historia del hijo del Rey Luis XVI de Francia porque él tenía un conocimiento inquebrantable de su identidad. Cuando era joven, fue secuestrado por hombres perversos que habían destronado a su padre, el rey. Esos hombres sabían que si lograban destruirlo moralmente, no heredaría el trono. Durante seis meses lo sometieron a todas las cosas ruines de la vida y, no obstante, él nunca cedió ante la presión. Eso dejó perplejos a los secuestradores quienes, después de hacer todo lo que pudieron, le preguntaron por qué tenía tal entereza moral. Su respuesta fue sencilla. Dijo: “No puedo hacer lo que me piden, ya que nací para ser rey”12. Así como el hijo del rey, cada una de ustedes ha heredado una primogenitura real; cada una tiene un patrimonio divino. “Son literalmente hijas reales de nuestro Padre Celestial”13. Cada una de ustedes nació para ser una reina. Cuando asistía a la Universidad Brigham Young, aprendí lo que realmente significa ser una reina. Se me brindó la singular oportunidad, junto con un pequeño grupo de estudiantes, de conocer al profeta, el presidente David O. McKay. Me dijeron que llevara ropa de domingo y que estuviera lista para viajar temprano a la mañana siguiente a Huntsville, Utah, donde vivía el profeta. Jamás olvidaré la experiencia que tuve. Tan pronto como entramos en la casa, sentí el espíritu que allí reinaba. Nos sentamos en la sala, alrededor del profeta. El presidente McKay llevaba un traje blanco y a su lado estaba sentada su esposa. Nos pidió a cada uno que nos acercáramos y le dijéramos algo de nosotros. Al acercarme, me tendió la mano y sostuvo la mía y, al contarle de mi vida y mi familia, me miró profundamente a los ojos. Al terminar, se reclinó en la silla, tomó la mano de su esposa y dijo: “Ahora bien, jovencitas, quiero que conozcan a mi reina”. Allí a su lado estaba su esposa, Emma Ray McKay. Aunque no llevaba puesta una corona de diamantes centelleantes, ni estaba sentada en un trono, yo sabía que era en verdad una reina. Su cabello cano era su corona, y sus ojos puros brillaban como joyas. Mientras el presidente y la hermana McKay hablaban en cuanto a su familia y a su vida juntos, sus manos entrelazadas dejaban ver su gran amor. Sus rostros irradiaban alegría. La belleza de ella no se podía comprar, ya que provenía de años de procurar los mejores dones, de obtener una buena educación, de buscar conocimiento tanto por el estudio como por la fe; provenía de años de trabajo arduo, de soportar fielmente las pruebas con optimismo, confianza, fortaleza y valor; provenía de su inquebrantable devoción y fidelidad a su esposo, a su familia y al Señor. Aquel día otoñal en Huntsville, Utah, se me recordó mi identidad divina y aprendí acerca de lo que ahora llamo la “belleza profunda”, la clase de belleza que brilla de adentro para afuera. Es la clase de belleza que uno no se puede pintar, ni se puede crear quirúrgicamente ni comprar; es la clase de belleza que no se quita al lavarse con agua: es el atractivo espiritual. La belleza profunda emana de la virtud; es la belleza de ser castas y moralmente limpias; es la clase de belleza que se aprecia en los ojos de mujeres virtuosas como sus madres y abuelas; es la belleza que se gana mediante la fe, el arrepentimiento y el honrar los convenios. El mundo pone mucho énfasis en el atractivo físico y quiere que ustedes crean que deben parecerse a la fugaz modelo de la portada de una revista. El Señor les diría que cada una es singularmente bella. Cuando son virtuosas, castas y moralmente limpias, su belleza interior brilla en sus ojos y en su rostro. Mi abuelo solía decir: “Si vives cerca de Dios y de Su gracia infinita, no tienes que mencionarlo, ya que se refleja en tu rostro”14. Cuando son dignas de la compañía del Espíritu Santo, tienen confianza en sí mismas y su belleza interior resplandece. Así que “…deja que la virtud engalane tus pensamientos incesantemente; entonces tu confianza se fortalecerá en la presencia de Dios… [y el] Espíritu Santo será tu compañero constante”15. Se nos ha enseñado que “el don del Espíritu Santo… despierta todas las facultades intelectuales, aumenta, ensancha, expande y purifica todas las pasiones y afectos naturales… Inspira virtud, amabilidad, bondad, ternura, gentileza y caridad; desarrolla la belleza de la persona, de la figura y de los rasgos”16. ¡Ése es un gran secreto de belleza! Es la clase de belleza que observé en la casa de un profeta. Ese día aprendí que la belleza que vi en la hermana McKay era la única belleza que de verdad importa y la única que perdura. Alma hace una pregunta penetrante que debemos considerar: “¿Habéis recibido su imagen en vuestros rostros?”17. Recientemente un grupo de mujeres jóvenes visitó mi oficina; al final de la visita, una de ellas confesó, con lágrimas en los ojos: “Nunca había pensado que era bella; siempre me consideré una persona común, pero hoy, al pasar frente al espejo de su oficina, me miré en él ¡y me vi hermosa!” Ella era hermosa porque su rostro brillaba con el Espíritu. Se vio a sí misma como nuestro Padre Celestial la ve; había recibido la imagen de Él en su rostro. Ésa es la “belleza profunda”. Mujeres jóvenes, mírense en el espejo de la eternidad. ¡Recuerden quiénes son! Véanse a sí mismas como nuestro Padre Celestial las ve. Ustedes son electas; son de noble linaje. No comprometan su patrimonio divino; ustedes nacieron para ser reinas. Vivan de tal manera que sean dignas de entrar en el templo y allí recibir “todo lo que [el] padre tiene”18. Desarrollen la belleza profunda. No hay nada más bello que una mujer joven que, como resultado de ser virtuosa, resplandece con la luz del Espíritu, se siente segura de sí misma y es valiente. Recuerden que son hijas de nuestro Padre Celestial; Él las ama tanto que envió a Su Hijo para mostrarles la manera de vivir, a fin de que pudieran volver a Él algún día. Les testifico que al acercarse al Salvador, la infinita expiación de Él hace posible que se arrepientan, cambien, sean puras y reciban Su imagen en el rostro. Su Expiación les permitirá ser fuertes y valientes a medida que sigan elevando su estandarte de virtud. Ustedes son de oro; ¡son el estandarte! Y ahora concluyo con las palabras del Señor a cada una de nosotras, Sus preciadas hijas: “He aquí… eres una dama elegida a quien he llamado”19. “Anda por las sendas de la virtud… [desecha] las cosas [del] mundo… adhiérete a los convenios que has hecho… Guarda mis mandamientos continuamente, y recibirás una corona de justicia”20. De esto doy mi testimonio, en el santo nombre de nuestro Salvador Jesucristo. Amén.

jueves, 29 de abril de 2010

Actividad de Servicio....

¡¡Dissfrutenlo!!!!

Significado de los colores de los valores de M.J....

Hey chicas alguna ves se habían preguntado .....del por que del color para cada valor????... hay les va...el por que? y estoy segura que una ves que lo lean , será mas fácil recordar qué color corresponde a cada valor y porque....

FE: (COLOR BLANCO): Pureza

Naturaleza Divina: (Color Azul) Nos recuerda el celestial cielo azul de dónde provenimos, y que somos hijas de Dios.
Valor Individual: (Color Rojo) Nos recuerda la sangre de Cristo. El salvador nos ama tanto; que fue capaz de dar su propia vida por cada una de nosotras, pagó el precio infinito, somos de gran valor y tenemos un gran valor individual.
Conocimiento: (Color Verde) Nos recuerda la primavera, el tiempo cuando las cosas empiezan a crecer, nos recuerda que es el tiempo perfecto en el que debemos empezar a aprender , para crecer en conocimiento a la medida de nuestra creación.
Elección y Responsabilidad: (Color Anaranjado) Nos recuerda la luz Preventiva, antes de la luz roja, debemos detenernos para consultar a nuestro padre celestial A la hora de hacer nuestras elecciones, debemos tener precaución antes de tomar nuestras decisiones
Buenas Obras: (Color Amarillo).Nos recuerdan a los rayos del sol , cuando damos servicio a los demás somos como los rayos del sol ,nuestras buenas obras nos hacen brillar y nos dan un brillo especial, y nuestra luz bendice a quienes nos rodean.
Integridad: (Color Morado) El Color de la realeza, en siglos pasados este color era muy difícil de producir por lo que producirlo significaba un costo muy alto, solo los reyes y Reinas podían darse el lujo de vestir con este color tan singular, por lo que nos recuerda que somos hijas de Un Rey Celestial y como reales princesas poseemos sangre real y si algún dia queremos volver a vivir con el debemos tener la integridad para hacerlo si tenemos integridad, tenemos todos los demás valores.
Virtud: (Color Oro) Nos recuerda lo que es de gran valor , la Virtud en cada Joven.
Mujer virtuosa quien la hallara porque su estima sobrepasa la de las piedras preciosas.
Mujeres Jóvenes Barrio Tapatío

sábado, 24 de abril de 2010

Guardar el Día de Reposo...

Es una nota muy interesante que encontre en internet, espero les agrade y podramos aprender ago de ella!!

En la edición de Los Juegos Olimpicos de 1924 en Londres, hubo un atleta que no corrió en la prueba de los 400 metros cuando se enteró que la prueba se realizaría en dia domingo, aun así, increible como parezca gano una medalla de oro. ¿De quien se trata? ¿Como fue posible?

Pues bien, este hombre fue Eric Henry Liddell que nació en enero de 1902, en una ciudad china, esto por que sus padres que eran escoceses trabajan como misioneros en China. A los 6 años Eric y su hermano se educaron en Inglaterra en una escuela para misioneros. Desde joven fue bueno para el deporte y en 1923 gano en una competencia nacional de Gran Bretaña batiendo un récord.

Debido a esto fue seleccionado para competir en los Juegos Olimpicos de Paris 1924 en los 200 y los 400 metros lisos. Pero también estaba seleccionado para correr en los 100 metros, pero cuando se da cuenta de que la competencia se celebraría el domingo, decidió no hacerlo pues iba en contra de su religión.

Sin embargo se dice que él sabía que la competencia seria el domingo, por esa razón con meses de anticipación se preparó muy bien para las competencias de los 200 y 400 meses.

Su preparación valió la pena pues en la prueba de los 200 metros consiguió la medalla de bronce con una marca de 21,9s. Pero en los 400 metros logró una gran victoria con un record olimpico de 47,6s ganando un medalla de oro.


Esata historia todos la conocemos con la pelicula Carros de fuego!!! si aun no la ves, checala te va a gustar !!

viernes, 23 de abril de 2010

Nuevo Progreso personal.


El progreso personal tiene nueva super  imagen, y  nuevos  reconocimientos para motivarnos a trabajar en nuestro  Progreso Personal incluye una versión revisada del folleto, y un medallón rediseñado , pero lo mas importante es que se convierte en una super  herramienta  que nos  ayudará a  acrecentar nuestra Fe y  testimonio en nuestro  Padre Celestial y Su Hijo Jesucristo.

“Esperamos que el progreso personal les ayude a entender quiénes son, su identidad como hijas de nuestro Padre Celestial, y lo preciosas que son a sus ojos ademas del grande papel  y responsabilidad que tenemos  como sus hijas, aquí en la tierra.

Este es nuestro momento de preparacíon y no habrá otro momento mejor que este. ”

A veces leemos las metas que vienen en el progreso y aún cuando parecen insignificantes,  el leer un discurso o unas cuantas escrituras creemos que no son de mayor importancia y subestimamos el poder de las cosas pequeñas y sencillas pero como dijo la hermana Dalton Pta Gral de las mujeres Jovenes cada meta es como poner una parte de la armadura de Dios una parte a la ves, una experiencia la ves entonces vienen los pequeños cambios que nos hacen ser diferentes de las demas eso es el progreso personal. "Cuando el espiritu viene a nuestras  vidas".

Paola , Karla , Miriam, Michelle , Miriam A. Janeth, Andrea, todas..y las que me faltaron ,  saben las quiero mucho.

Las conozco y se que son jovenes fuertes y de nobles sentimientos, he visto como se esfuerzan por
agradar a Dios y de repente se ven envueltas y rodeadas de las tentaciones del adversario, y tratan de mantenerse en pie , dejenme decirles que el progreso personal  es como un escudo protector usenlo y vistanse de la armadura de Dios todos los Dias.
Esfuercense en su deseo de ser justas , puras y dignas. Recuerden el lema "Esfuerzate y sé Valiente"

Con mucho Amor: Su Amiga Berenice Hdz E.
(Pta de Mujeres Jovenes Barrio Tapatio).